17 mar 2007

La frontera - prohibiciones

















Al cruzar la frontera entre Finlandia y Rusia lo primero que se siente es la presencia militar marcada que se impone con la apariencia fuerte de hombres y mujeres vestidos como en las películas de la época de la guerra fría. Es una frontera triste, de zonas encerradas con alambres de púas y con tierras que hasta la Guerra de invierno fueron parte de Finlandia. Es comprensible que estando a pocas horas de Rusia muy pocos finlandeses crucen esa frontera: a voz baja lo dicen siempre, ellos no quieren ese país, secreto que el mundo sabe y nadie puede oir.























Ante ese estado militar recordamos las historias de la gente que no podía salir de su país, del control sobre la vida cotidiana y la represión ideológica. La pregunta que nos hacíamos era si todavía vigilarán a los turistas como lo hicieron en épocas anteriores por ser supuestos espías. Y tuvimos mucho cuidado de no pasar los semáforos de peatones en rojo para no darle el gusto a los policías de ponernos un parte. Pero ante este letrero en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo quedamos desconcertados porque no pudimos saber qué era en realidad lo que no podíamos hacer...


















Esta fue mi imagen favorita:

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