Sí. Más hongos. Siguen saliendo por todas partes mientras duermo, mientras camino, mientras como, mientras escribo.... Yo creía que tenía buen ojo, que sabía perfectamente reconocer los objetos representados en una imagen y su equivalente en la realidad. En el estudio de los hongos estoy casi por darme por vencida: mi libro de 270 páginas (que está en finlandés (jmjm)) los califica en diferentes categorías: comestibles no muy buenos, buenos, excelentes, -otras tres categorías que no entiendo y que podrían ser que hay que cocinarlos mucho antes de comerlos, o que saben mal, o (?)-, y venenosos y muy venenosos.
Yo me los encuentro en el camino, los miro con atención, los detallo, los busco en el libro y finalmente no llego a ninguna conclusión. Hoy, por ejemplo encontré este primero, que parece ser un Chanterelle. Según wikipedia esta es la forma. La pregunta es: se parece sí o no? Hasta ahora no había tenido que enfrentarme tan seriamente a esta situación, en que el análisis erróneo de una imagen lo pueda llevar a uno a la muerte....
3 comentarios:
están buenísimo esos hongos.
un tema interesante aquí es cuando las ilustraciones son mejores que para reconocer que las fotos no porque se "parezcan" más sino porque señalan o hacen evidentes de forma más clara los rasgos distintivos.
por eso prefiero los diccionarios ilustrados con dibujos y grabados que los que tienen fotos.
Si, eso es interesante, porque además en el libro, las especies aparecen con una forma específica que los distingue. Esa forma es una generalización, una supuesta "forma ideal" que asume el ejemplar de esa especie, cuando en la realidad se encuentra uno muchas malformaciones dentro de la misma especie. En este caso, por ejemplo es más útil la transmisión de la información por relato (que va acompañada de una acción -ir a recoger hongos-), que el conocimiento enciclopédico que lo deja a uno con una cantidad de información pero finalmente sin una respuesta clara.
María Clara poco a poco ha ido capturando mejor esos hongos en sus fotos. Claro, ahora cualquier salida por el barrio (por el lado de los bosques) implica parar, poner la cámara a nivel de tierra, esperar, tomar fotos y fotos y fotos de hongos, de árboles con distinta luz, de todo. Pero vale la pena.
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